viernes, enero 15, 2010

Al borde del abismo....Elecciones 2010



Después del suicidio de grandes alturas de MEo con todas sus luces, que hace sentir como verdaderos idíotas a los que creyeron en él, a los que ingenuamente volvieron a soñar, nos queda esta paradoja del filo de un cuchillo sanguinario de votar por el candidato de la derecha dura chilena o el candidato del oficialismo.
Votar por Piñera, no está en mis opciones. Habría que mal nacer otra vez. Por lo menos en mi ruta.
Da risa cuando el pequeño candidato está en un foro o un lugar público, sin los gorilas que lo protegen y alguien lo pifia o lo encara: se complica, los nervios trituran y sus muecas, que ni la cirujía puede tapar, lo destruyen. Concuerdo con la conceptualización de su travestismo. Intenta sonreír ante un futuro que ni él conoce fuera de su bolsillo. No tiene respuestas para sus interlocutores y nunca las tendrá. Su ilógica posición de las cosas hace que sus frases sean como slogan de cadena de supermercado. La flaca del "Lider" esa de los ridículos "hola", parece ser más creíble que todas estas palabras siliconizadas, taiwanesas, 1000% artificiales, como que cuando llega a casa se desinfectara de tanta chusma diaria.
Piñén es eso: Piñiñento con su pasado, no está limpio en ningún caso. Si hasta dijo que había sido "opositor al gobierno militar por los abusos.....". NO me gusta que trapeen con mi inteligencia y este pequeño candidato lo hace.
Votar por Piñera es un ejercicio de alineamiento con lo liviano, con el arribismo, con esa derecha cada vez más vacía y arraigada en los sectores populares a punta de carteles de colores, pero que en el parlamento se opone a cualquier atisbo que afecte sus parcelillas de intereses.
Frei obviamente no es lo mismo, pero lo adelgazan sus 20 años en esto. En el poder llevado a sus extremos, con todos sus amigostes dc, sus cargos repartidos y don Belisario, la Sole, el Gute y el gorila de Pizarro arando en las arcas fiscales con un discurso del estado y lo que "falta por hacer" que giran contra sus cuentas corrientes. A eso súmele la mediocridad imperante en nuestra clase dirigente que exprime la nula renovación para proveer entre cuatro paredes, los ministerios, las secretarías, con tecnócratas ajenos al kilo de pan en las poblaciones, que pululan con becas y familiares repartidos por la administración pública como los elegidos de un Chile que cada vez menos se reconoce.
Pensar en Frei, con su chispeante grandilocuencia, sus hijas feas imbuidas en la administración y la Primera Dama más bruta que hemos tenido en la historia de Chile también me da pavor...

Mucha fuerza para este domingo, entiendo perfectamente a los que anulen su voto.